sábado, 3 de diciembre de 2011

El mundo es un lugar horrible

Pasan cosas horribles, que no podemos controlar, que son superiores a nosotros, que nos afectan, que no.
La felicidad teniendo que enfrentarse TODO eso no es la actitud.
La actitud es ver las cosas horribles que pasan, que te pasan y darte cuenta de que tú sigues vivo y de que puedes ser feliz.
Los corazones se rompen, las relaciones estallan, la vida se desgarra. Podemos intentar reparar los daños, conocer gente, aplacar el dolor. Pero cuando tu vida entera se derrumba, y nos derrumbamos nosotros, no existe la ciencia ni reglas absolutas que te garanticen la  felicidad, ni siquiera a corto plazo.
Sólo podemos intentar hallar la salida del túnel, y no hay nada peor ni nada mejor.

So frecuently.

Todos necesitamos un lugar donde abatirnos. Encontrar la salida del túnel puede parecer una salida sin dolor, pero no lo es. Todos fingimos no tener dolor, pero siempre estamos aterrorizados a que alguien cambie su manera de actuar, nos descoloque el puzzle y tengamos que volver a construirlo de nuevo, desde cero.
Porque a las personas todo nos afecta y todo nos acaba haciendo sufrir, desde unos tacones altísimos y preciosos hasta una elección que hasta hace poco parecía la adecuada.
Porque a las personas, a todas las personas, todas las nuevas experiencias nos aterrorizan y algunas nos provocan tanto miedo que las dejamos pasar, sin más.
Pero sin duda los peores túneles son aquellos en los que te metiste por propia voluntad, que están oscuros, en los que caminas y caminas y nunca ves la salida, aquellos que han estado plagados de miedo y dolor, mucho miedo y dolor, aquellos en los que no te das cuenta de por dónde caminas hasta que no te paras a pensar, aquellos de los que, en mi opinión, no sales nunca del todo.
Aquellos que son largos, que sabes que son tan largos, que te acabas acostumbrando al miedo, y sobre todo, al dolor.


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